28/2/10

Sólo soy rara




- Espera… ¿vas a volver luego?
- ¿Qué?

Estás perplejo en la puerta abierta, mirándome como si estuviera loca.
- ¡Pero si acabas de decirme que me vaya! ¡Acabas de echarme!, ¿no te acuerdas o qué?

Silencio. Dios, estamos a menos de treinta centímetros el uno del otro y ahora mismo parece que nos separen kilómetros…

- Sí, pero en el fondo sabes que no quiero que te vayas.
Te lo digo mirándote a los ojos pero los tuyos están inmóviles y congelados todavía.

- No, no lo sé amor. No sé lo que te pasa y no lo entiendo, hay un montón de cosas que no entiendo de ti, tus reacciones, tus cambios, tus contradicciones…
Cierras la puerta y yo no sé si es porque te estás “ablandando” y vuelves a estar receptivo o porque no quieres que los vecinos se enteren de “nuestros problemillas”…

- Ya lo sé, pero no me entiendo ni yo misma Javi, y eso tienes que saberlo, yo soy así y si me quieres tienes que hacerlo tal y como soy, con mis jodidas locuras que te desquician, con mis encantos que te emboban y te vuelven loco, con mis tonterías… con todo, ¿no?
Me acerco y te dejas abrazar. Hará tan sólo una hora que no estamos cerca y ya me parecían días. Semanas. Me hundo en tu pecho… sigues inmóvil unos segundos, pero tus brazos acaban reaccionando y me acoges en ellos…

- *Audrey*… Suspiro largo… muy largo. Demasiado. Estás serio. Qué iras a decirme, creo que a lo mejor no quiero oirlo…


- Te quiero con todo lo que tienes y lo que no. Con todo lo que eres y también con lo que no eres… Me coges la cara y la levantas de tu pecho hasta que mi barbilla está por debajo de la tuya, tocándola… mi boca bajo la tuya recogiendo tu respirar… mis ojos ahora clavados en los tuyos.


- Te quiero aunque haya muchas cosas tuyas que me desconciertan. Me confunden, Me hacen darle vueltas y más vueltas a la cabeza… quisiera entenderte, de verdad que sí, no sabes cuánto…

Te interrumpo porque no me contengo las ganas de gritarte que no quiero que la conversación siga por ese camino, volviéndose profunda y trascendental. Es tarde y estamos cansados, no podemos permitirnos empeorar las cosas… yo lo único que quiero es poder ser capaz de hacer que el mal rollo que nos ha secuestrado se esfume. No me gusta nada esto. No me gusta cuando te siento a miles de kilómetros de mí, cuando estás frío, cuando tus ojos no me sonríen embobados y tus manos están quietas sin recorrer todo mi cuerpo como hacen cada dos por tres. Y no lo quiero.


- No hace falta que lo hagas. Que me entiendas... Soy rara, casi nadie lo hace. Quizás tú sí puedas con el tiempo… si me lo das. Sólo necesito que me quieras, nada más. Necesito tenerte. Sólo eso. Y también que me perdones por ser una capulla lunática. Tú no te mereces esto pero… si me quieres, sopórtame. Solo un poquito. Inténtalo. Por favor…

Mis ojos te miran suplicantes y algo empañados. Moriría ahora mismo por un beso tuyo, no sabes cuánto.

- No hay nada que perdonar, dices al fin, con los ojos por fin algo más brillantes como siempre que me miras. – Te soportaré, quiero hacerlo. Intentarlo al menos. Te quiero y quiero que esto funcione, lo sabes, ¿verdad? Espero que tú también quieras que lo haga…

- Claro que quiero que funcione. Sé que es jodidamente difícil, pero quiero que funcione más que nada en el mundo. Y va a funcionar, ya te lo digo.

Bésame pienso para mí. Bésame ahora, significaría un mundo… Me lees el pensamiento y tus labios acarician los míos despacio… me besas muy dulce y muy tierno.

- *Audrey*, volviendo a lo de antes… si de verdad quieres que me vaya… me has hecho daño con eso. Pero es tu casa y si no quieres que esté aquí...


- Schhhhh... Te callo los labios con mis dedos. Te agarro muy fuerte los brazos. Te beso. Giro la llave cerrando la puerta del todo. - No quiero que te vayas. Nunca. Quédate conmigo… es lo único que quiero. No quería hacerte daño, amor... lo siento mucho... lo siento tanto...


Abrázame, abrázame muy fuerte… lo haces al momento y tardamos minutos en separarnos.


- Cuando estás fuera de ti a veces me das miedo, que lo sepas. Yo me pongo a reir pero tu estás serio… hasta que tu mandíbula poco a poco se va transformando y empiezas por una sonrisa… para acabar uniéndote a mí. No sé si habrá ido en serio o no lo que has dicho, pero de momento aquí estas, te has quedado, y va a darme igual…


- No me tengas miedo. Tenme a mí y punto. Nada más. Te acostumbrarás… sólo soy rara. Podrás con ello... tú puedes con eso y más... ¿o no?

Más risas y más besos. Menos mal que no te has ido. Porque me gusta demasiado jugar con fuego y la verdad es que nunca pienso que a veces me podría quemar.


3 comentarios:

  1. Gracias por tu comentario en mi blog. Ya veo q eres "nueva" en esto de los blogs. Pero trankila porque con tu talento , dentro de poco, tendras miles de seguidores porque talento no te falta. La verdad es q no escribes nada mal.

    Gracias por suscribirte a mi blog, espero q nos podamos leer y comentar las dos.

    Por cierto me encanta tzn ferro y por eso me encanta tu titulo de blog, jeje

    BESOSSS

    ResponderEliminar
  2. hermosoooen verdaddd, es un placerr visitar este bello Blogg, un saluditooo desde Méxicooo, te saluda Horeb Torresss

    ResponderEliminar
  3. Audrey,guapa, tienen razón, dentro de nada ya tienes esto llenito de seguidores...yo lo sé,siempre te pasa,o no?
    Ahora, yo sí que tengo que apoyar que rara...eres un rato jajajaja,pero en eso nos parecemos y las dos sabemos que así lo llevamos bien, verdad?
    Un besito Audrey,(me encanta el nick)

    ResponderEliminar